Le Havre

Le Havre es el nombre de un destacado juego de mesa. Esta estrategia de juego no sólo evoca el puerto de la ciudad, sino que también nos sumerge en un intrigante mecanismo de gestión de recursos y edificaciones.

El núcleo de Le Havre juego de mesa es fácil de comprender. Un turno de jugador se estructura en dos fases: inicialmente, se incorporan nuevas mercancías en las casillas de oferta, seguido por una acción decisiva. Durante esta acción, el jugador tiene la elección de recoger todas las mercancías de un tipo específico de una casilla de oferta, o alternativamente, de emplear uno de los edificios disponibles. Las acciones en estos edificios habilitan el procesamiento de mercancías, la venta, o la construcción de edificaciones y barcos propios. Interesantemente, los edificios actúan como una inversión y una fuente de ingresos simultáneamente. Esto se debe a que los jugadores deben abonar una entrada al utilizar un edificio que no les pertenezca. Por su parte, los barcos tienen el rol primordial de proveer el alimento necesario para los trabajadores. Con la conclusión de siete turnos, una ronda llega a su fin.

En este punto, la cosecha engrosará las reservas de ganado y cereales de los jugadores. A continuación, surge el desafío de alimentar a sus trabajadores. Una vez que se hayan completado las rondas establecidas, cada participante tendrá una última oportunidad de acción antes de finalizar la partida. Para determinar al ganador, los jugadores calculan el valor de sus barcos y edificios, sumándolo al dinero acumulado. El jugador con la fortuna más grande se proclama el vencedor del juego de mesa El Havre.